Gustavo, el presunto violador, golpeado hasta la saciedad. |
La búsqueda de un presunto violador en el fraccionamiento Praderas del Río, una de las zonas más conflictivas de Ciudad Valles, provocó que este sábado una muchedumbre intentara linchar al sujeto que señalan como el autor de varios abusos sexuales, pero la Policía Municipal impidió la tragedia.
Las últimas 48 horas fueron de mucha tensión en esa zona. Las madres de familia, principalmente, metieron presión a la corporación municipal para que detuviera a quien, dicen, es un violador serial.
Sólo que hasta el momento no hay denuncias formales ante la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE).
Gustavo es el nombre de pila del acusado por los habitantes. "El Aguacate", es su apodo.
Salvado por la Policía Municipal.. |
Enardecidos. |
Ayer un grupo de vecinos reclamó airadamente la presencia de la Policía Municipal a cargo del capitán retirado David Valentín Franco Pineda, quien prometió tener una vigilancia permanente para dar con el responsable de los presuntos delitos contra las mujeres del fraccionamiento.
Hoy, sin embargo, los vecinos intentaron hacerse justicia por su propia mano y tras un intento de fuga del señalado, finalmente se introdujo en una vivienda de donde fue extraído por los policías municipales y montado a una patrulla.
La gente, enardecida, golpeó con tubos, piedras, palos y bates a esta persona. Pese a que estaba protegido por los uniformados, recibió una gran tanda de agresiones físicas que lo mandaron al hospital.
Hoy, sin embargo, los vecinos intentaron hacerse justicia por su propia mano y tras un intento de fuga del señalado, finalmente se introdujo en una vivienda de donde fue extraído por los policías municipales y montado a una patrulla.
La gente, enardecida, golpeó con tubos, piedras, palos y bates a esta persona. Pese a que estaba protegido por los uniformados, recibió una gran tanda de agresiones físicas que lo mandaron al hospital.
Muchedumbre. |
Por el momento la PGJE no ha dicho qué procede legalmente en este caso, porque la Policía Municipal intervino para salvarlo de una muerte segura, no para detenerlo.
La madre del individuo fue encarada por varias mujeres de forma violenta.
En masa los vecinos se arremolinaron en la vivienda de la calle Río Missouri, gritando consignas, otros lanzando golpes a diestra y sinietra, unos más tomando fotografías y grabando las escenas. El común denominador: la sed de sangre, el afloramiento de los instintos asesinos que por poco se salieron de control.