martes, 10 de enero de 2017

A 120 años del gobernador con mano de hierro

Homenaje de hoy.

"El alazán tostado, primero muerto que cansado", fue como intituló el delegado de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), Gastón Santos Ward, las fotos que hoy subió a su página de Facebook con motivo del 120 aniversario del natalicio del general Gonzalo N. Santos, exgobernador de San Luis Potosí.

Para unos un hombre que logró "paz y orden" en el estado, para la inmensa mayoría un cacique, Santos, para Santos Ward, fue un "hombre visionario, adelantado a su tiempo, pilar de la Revolución Mexicana y del desarrollo de nuestro país".

El general nació un 10 de enero de 1897 en el municipio de Tampamolón Corona, enclavado en la zona Huasteca y murió en la Ciudad de México el 17 de octubre de 1978.

Al homenaje acudieron Santos Ward, acompañado de un grupo pequeño de personas y también hubo presencia de soldados.

De Gonzalo N. Santos, se dicen muchas cosas, pero vale la pena rescatar un artículo de Rafael Rodríguez Castañeda, en la revista Proceso, publicado el 6 de septiembre de 1986. Se trata del relato de una carta escrita por el propio Gonzalo N. Santos -el mercado principal de Ciudad Valles lleva su nombre-, en su famoso rancho El Gargaleote en el municipio de Tamuín, que un día por su voluntad fue la Casa de Gobierno:

En diciembre de 1959, en carta fechada en Rancho Gargaleote, a orillas del río Tamuín, en San Luis Potosí, Gonzalo N Santos anunció a su hijo Gastón, su decisión de escribir finalmente unas memorias siempre esperadas, precisamente en su hacienda, “que yo fundé conquistando la selva y dominando las fieras, no siempre de cuatro patas, porque mi vida ha estado ligada a Gargaleote, que nos sirvió a los míos y a mí de refugio en épocas aciagas de la Revolución”.

Dijo también en esa carta:

En mi largo y tormentoso batallar hay muchas cosas que los hombres faltos de temple no se atreverían a contar, mucho menos a escribir Ya te he relatado mucho de mi vida, pero ahora lo voy a escribir y a firmar para que tú hagas el uso que mejor te parezca de este documento”.

El resultado de aquel propósito, las Memorias de Gonzalo N Santos, forman un volumen de 974 páginas que Editorial Grijalbo está por publicar.

Nacido en Tampamolón Corona, SLP, el 10 de enero de 1897, Santos Murió en 1980, en el casco de su rancho Gargaleote Las memorias del célebre Alazán Tostado (se autonombraba de esta forma, completando su dicho así: ” primero muerto que capado”) llegan hasta el relato de sus bodas de plata con su mujer Leola, cuando celebró en su finca de Cuernavaca una fiesta a la que asistió el presidente Adolfo López Mateos, en compañía de miembros de su gabinete, entre ellos el secretario de Gobernación, Gustavo Díaz Ordaz.

Gastón Santos Ward. El nieto.

Cuenta el cacique, en los últimos párrafos del libro:

“En esta fiesta no podía faltar las peleas de gallos y yo estuve amarrado y soltando los míos y cuando salió una gallo de mi predilección de peso libre con él en mis manos me acerqué a donde estaba sentado el licenciado Díaz Ordaz y dirigiéndome a los presentes dije en voz clara y recia: “Damas y caballeros: este gallo que dentro de breves minutos voy a soltar es el tapado”, y puse el gallo frente al licenciado Díaz Ordaz y lo invité a que lo agarrara, lo que don Gustavo hizo con el valor que lo caracteriza Hice una rueda en el piso del palenque y dije: `Aquí caen todos los que vayan contra este gallo y les voy a pagar, si ganan, los pesos a doce reales” La mayor parte de los ministros apostaron contra mi gallo, el presidente no, parece que se abstuvo de apostar, pero habiendo sacado yo una botella de coñac Napoleón antiquísima, le serví una copa al Presidente y otra me serví yo `Vamos a brindar’, le dije, y López Mateos me contestó: ¡Sí, pero no solos, sírvale una copa a Gustavito para brindar por los tres’, y así lo hice Le serví una copa al licenciado Díaz Ordaz en presencia de todos los presuntos candidatos.

“Soltamos la pelea, yo naturalmente el mío y uno de los Chapa el gallo contrario y mi gallo mató al otro sin haber sufrido ni un piquete Como yo ya traía algunas copas con el pretexto de mi boda de plata, me dirigí a todos los presentes y les dije como en broma: `Perdieron, hijitos, en la otra váyanse con cuidado porque va a pasar lo mismo’ Entre los políticos se opinó que el tapado ya estaba destapado Como así fue”.

En un Postscriptum, Gastón Santos —caballista y actor de cine, en su momento refiere que hasta ese punto dejó su padre el relato continuado, “pero aún quedaron muchos apuntes y anécdotas” De Echeverría, relata Gastón la entrevista que tuvieron en Los Pinos —a raíz de las acusaciones de latifundista que le hicieron— y que, “como dato curioso, se verificó a las dos de la mañana; ante mi extrañeza, mi padre me aclaró que Carranza hasta siesta dormía, pero que a Echeverría no le alcanzaba el día para hacer pendejadas”.

El general.

Sobre el sucesor de Echeverría, escribe Gastón:

“Fue grande la desilusión de mi padre al salir candidato José López Portillo Algo por no haber salido el suyo, pero más por haber salido López Portillo”.

“Este cabrón —le comentó a su hijo— puede, efectivamente, ser el mejor hombre de México, o el que mejor toreó al loco de Echeverría, pero no el mejor hombre de la Revolución Su bisabuelo fue Comisario del Imperio de Maximiliano; su abuelo cacique de Jalisco con don Porfirio y después ministro de Relaciones con Victoriano Huerta y su padre coronel huertista ¿En qué sobremesa familiar oyó hablar bien de la Revolución? Para que hubiera un paralelo, en Cuba, dentro de algunos años el mejor hombre de la Revolución tendría que ser Fulgencio Batista III”.

Posteriormente, continúa Gastón, “López Portillo expropió Gargaleote con gran bombo y platillos Pero para esas fechas papá agonizaba víctima de un derrame cerebral Al `Tigre’ le entraron por derecho, cuando ya estaba viejo y 'escopeteado'”.

Gonzalo N Santos se defendió ante Echeverría de los cargos de latifundista Y en una carta que le envió a través de Hugo Cervantes del Río ofreció entregárselo, después de explicar la forma cómo adquirió las tierras donde fundó Gargaleote (palabra de origen francés que, explicó, quiere decir “soldado de fortuna”).

“Aclarando que mi hijo Gastón y yo no somos latifundistas ni lo hemos sido nunca, entregamos el rancho Gargaleote en su totalidad sin reservarnos pequeña propiedad, ni casco, ni ganado vacuno, ni caballar Por separado damos mi hijo y yo un inventario de lo que tiene Gargaleote, hacemos constar que este año quedó totalmente cultivado”.

Hacían entrega también del rancho La Jarrilla, propiedad de su esposa, y del predio Los Sabinos, obtenido por su hijo Y concluía Gonzalo N Santos:

“Mi hijo, mi esposa y yo esperamos y deseamos que estos ranchos sean utilizados por verdaderos y auténticos campesinos, pues al hacer nosotros entrega de nuestros bienes, entregamos también al gobierno de la Revolución una gran responsabilidad moral, económica y política.

“El que es gavilán no chilla.

“Muy respetuosamente.

“G N Santos.

“México, D F Julio de 1972”.

Echeverría no aceptó el ofrecimiento y fue López Portillo el que hizo la expropiación y repartió los predios del cacique potosino.

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