Hay que serenarse... |
No cabe duda que el alcalde potosino Ricardo Gallardo Juárez debe estar que echa chispas por la volteada de tortilla que le dio la Auditoría Superior del Estado a su pretendida autoexoneración sobre la presunta compra irregular de medicinas a una farmacia de la Ciudad de México por la que nadie daba un cacahuate, pero resultó que facturaba millones de pesos al ayuntamiento que dirige el perredista.
A través de un audio manipulado -se escucha un corte de la grabación-, el equipo de asesores de Gallardo quiso poner en boca del auditor superior, José de Jesús Martínez Loredo la versión de que no había hallado irregularidades en las adquisiciones.
Error político, una pendejada. A quién se le ocurre que en un tema tan delicado la ASE y sobre todo Martínez Loredo, quien está sometido a duras presiones para dejar el cargo porque le estorba a los corruptos, iba a exonerar a Gallardo o quien sea a través de declaraciones verbales, sin papeles en mano, un dictamen, algo oficial.
Gallardo fue chamaqueado o de plano pensó que ya con eso la hacía para salir de este problema que le puede resultar una piedra en el zapato en sus aspiraciones de ser candidato a gobernador en el largo 2021.
Hasta el momento se desconoce quién fue el asesor que empujó la estrategia fallida, pero seguro recibirá el efecto bumerán y en breve saldrá a la luz que Gallardo le cortó la cabeza.
Obviamente el departamento cibernético de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) recibió en charola de plata una valiosa oportunidad para golpear a Gallardo. Si resulta que la ASE tiene razón en su denuncia penal contra quien resulte responsable por la filtración a medios de comunicación de la grabación a través de una cuenta falsa de correo eléctrico -de esas que pululan, justamente, para evitar dejar huella-, el gobierno de Juan Manuel Carreras López no va a dejar pasar la oportunidad para ventilar sus resultados.
Pero sí no, que es lo más seguro, entonces Gallardo quedó como un mentiroso... por el momento. El temita da para mucho. Como sea, la ASE tampoco ha dicho que sea culpable de nada, por eso era mejor esperar.
A través de un audio manipulado -se escucha un corte de la grabación-, el equipo de asesores de Gallardo quiso poner en boca del auditor superior, José de Jesús Martínez Loredo la versión de que no había hallado irregularidades en las adquisiciones.
Error político, una pendejada. A quién se le ocurre que en un tema tan delicado la ASE y sobre todo Martínez Loredo, quien está sometido a duras presiones para dejar el cargo porque le estorba a los corruptos, iba a exonerar a Gallardo o quien sea a través de declaraciones verbales, sin papeles en mano, un dictamen, algo oficial.
Gallardo fue chamaqueado o de plano pensó que ya con eso la hacía para salir de este problema que le puede resultar una piedra en el zapato en sus aspiraciones de ser candidato a gobernador en el largo 2021.
Hasta el momento se desconoce quién fue el asesor que empujó la estrategia fallida, pero seguro recibirá el efecto bumerán y en breve saldrá a la luz que Gallardo le cortó la cabeza.
Obviamente el departamento cibernético de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) recibió en charola de plata una valiosa oportunidad para golpear a Gallardo. Si resulta que la ASE tiene razón en su denuncia penal contra quien resulte responsable por la filtración a medios de comunicación de la grabación a través de una cuenta falsa de correo eléctrico -de esas que pululan, justamente, para evitar dejar huella-, el gobierno de Juan Manuel Carreras López no va a dejar pasar la oportunidad para ventilar sus resultados.
Pero sí no, que es lo más seguro, entonces Gallardo quedó como un mentiroso... por el momento. El temita da para mucho. Como sea, la ASE tampoco ha dicho que sea culpable de nada, por eso era mejor esperar.