Jesse Pomeroy, "El Pequeño Monstruo". |
Los crímenes realizados por Jesse Pomeroy están directamente relacionados con el estilo de vida familiar, una madre sometida y débil de carácter, que en funciones reales debió haber representado el equilibrio ante la hostilidad y agresividad del padre para con los hijos, fue un factor primordial, es decir es indispensable la disciplina, pero con sus respectivas medidas, no debe ser blanco o negro y mucho menos radicalizarse a grado tal que los resultados sean tan negativos y contrarios al objetivo de la misma.
Los primeros ataques de Pomeroy en persona, consistieron en golpear a niños menores que él, los topaba en las calles y los seducía prometiendo regalos si iban a pasear juntos, los conducía a un lugar apartado donde los ataba y los golpeaba mientras se masturbaba, observar el sufrimiento de sus víctimas le causaba tanto placer que llegaba a los orgasmos, es decir, inscribió en sus instintos la relación del placer con el sufrimiento ajeno y la presencia del eros (instintos de vida) y el thanatos (instintos de muerte) suprimiendo con ello el aparato de defensa que representa el “yo” y el “súper-yo” dejando actuar solamente al “ello” siendo este último el dueño de nuestros instintos más básicos según la misma teoría freudiana.
Referente al estudio de estos fenómenos, Freud dedicó gran parte de su vida a este mal que aqueja a la sociedad desde sus inicios y señala: “En todo ser humano permanecen siempre vivos los deseos infantiles, son tendencias sádicas, agresivas así como deseos sexuales y perversos. Todo esto forma el inconsciente (el ello) y así permanecen en la vida del adulto, El ‘yo’ las destierra de la esfera de la consciencia pero debido a su energía tiene una tendencia a irrumpir a través del sistema de represión del ‘yo’.
En un lenguaje práctico puede decirse que tanto el “yo” como el “súper-yo” representan el filtro a la salida de estos impulsos que permanecen en el “ello” y es precisamente lo que impide que estos instintos básicos salgan a la luz y afecten la vida en sociedad de cada individuo.
Para Freud el estudio psicoanalítico de los delincuentes y los no delincuentes ha señalado que todos los individuos traen consigo al nacer como herencia filogenética, tendencias e impulsos considerados criminales y antisociales y, que posteriormente son reprimidos u orientados (instrucción escolar) hacia otros fines para conseguir una adaptación, es decir convertir estas conductas antisociales en una actividad que sea aceptada y productiva para nuestra vida en sociedad.
Este proceso se realiza en los primeros años de vida, debido a la influencia de factores externos ante quienes el niño sacrifica parte de sus satisfacciones instintivas con la esperanza de recibir cariño o por temor al castigo y más tarde a consecuencia de una inhibitoria interna (actuación del "súper-yo"), sin embargo los impulsos instintivos actúan en el inconsciente del individuo y tienden a manifestarse aprovechando cualquier debilitamiento de las instancias inhibitorias.
Queda claro que los impulsos agresivos actúan o se reprimen en el proceso de crecimiento con la influencia de factores exógenos, es necesario reiterar que el desarrollo de un niño es la responsabilidad absoluta de los padres y del ambiente en el que conviven.
Mary Flora Bell, fue hija de una prostituta en Reino Unido y frecuentemente la abandonaba para irse a trabajar por días, la madre, a decir de los vecinos intentó en muchas ocasiones asesinar a su propia hija, de la que abusaba sexualmente y la hacía participar en actos sexuales cuando la madre llevaba a sus clientes a la casa en la que vivían, Bell asesinó a dos niños, uno de 13 y otro de tan solo tres años, a este último lo estranguló y cortó sus genitales con unas tijeras.
Mary estaba a un día de cumplir 11 años, le fue diagnosticada un tipo de psicopatía, calificado como un trastorno antisocial de la personalidad. Actualmente vive con un nuevo nombre, se alejó completamente de su madre quien estando Mary en prisión vendió muchas historias a la prensa sobre su hija, hoy Mary Bell es abuela y vive en un sitio desconocido con su identidad protegida así como la de los suyos.
La violencia no ha dejado de ser el escape a las frustraciones del inconsciente, los casos de asesinos, seriales o no, constituyen un grave problema social puesto que como dice Freud: “La sociedad reposa sobre la responsabilidad común del crimen colectivo”.
¿Entonces cómo crear mejores sociedades? Cuál es la parte que cumple la sociedad ante los acciones del gobierno por disminuir este fenómeno? Hace meses, un alcalde en entrevista telefónica, fue interrumpido por una madre quejándose de la inseguridad generada por el vandalismo y argumentaba que el Estado y sus instituciones no actuaban al respecto, la respuesta del mandatario fue polémica pero cierta, “¿Señora, sabe dónde está su hijo ahora?". Hubo un silencio y después el clásico sonido de una llamada que se corta.
Continuará...
Por: María Reyes / @Agnte_1