lunes, 29 de mayo de 2017

Receta para un asesino serial (XIX)

Goyo Cárdenas.

Corrían los años 40 cuando el estudiante de Química, Gregorio Cárdenas Hernández comenzó a matar. Sus víctimas eran jóvenes con las que interactuaba para tener relaciones sexuales y, a las pocas horas las mataba para sepultarlas en su jardín.

Goyo Cárdenas, como fue conocido después, nació en 1915, desde niño fue enfermizo y le fue diagnosticada encefalitis además de falta del control de los esfínteres, generándole enuresis o incontinencia urinaria, esta inflamación del encéfalo podría haber formado parte de los factores que lo convertirían en el estrangulador de Tacuba, punto de la Ciudad de México donde encontraron a sus víctimas, todas ellas asesinadas en un periodo bastante corto ya que los hechos acontecieron entre agosto y septiembre de 1942.

Tres de las mujeres a las que mató eran prácticamente unas niñas, ninguna rebasaba los 18 años, sin embargo las investigaciones oficiales señalan que todas se dedicaban a la prostitución a excepción de la cuarta y última, estudiante e hija de un prominente abogado penalista, crimen por el cual fue encarcelado en el Palacio de Lecumberri.

Varios puntos a analizar, sociológicamente hablando, haciendo referencia a la ocupación de tres de sus víctimas podemos señalar lo fácil que le hubiera resultado seguir matando puesto que las mujeres dedicadas a la prostitución le importan poco o nada a la autoridad, es decir, son personas que pueden desaparecer, por días, meses o años, simplemente ya no se les vuelve a ver, estas mujeres son víctimas potenciales, pues el Estado evade hacer cumplir la ley cuando un grupo humano tan frágil es vulnerado en sus derechos.

Existen algunas notas en las que se refieren a Cárdenas como multihomicida lo cual es erróneo, el asesino serial es clasificado de esta forma porque -de acuerdo a Octavio Orellana Wiarco- mata durante determinado periodo para tomar un tiempo de enfriamiento y luego vuelve a atacar, los métodos pueden variar pero no su firma, y el tipo de víctimas tienen ciertas similitudes, es decir su furia homicida está dirigida a un grupo en específico, además de que obra por motivos sexuales y actúa con un alto grado de sadismo.

Mientras que el multihomicida comete sus delitos sólo durante explosiones de ira, por ejemplo Anatoli Onoprienko, quien asesinaba a familias completas, estos eventos fueron cometidos en un periodo de tres años en diversas partes de Europa antes de que fuera arrestado en 1996, mataba regularmente para robar y durante el juicio declaraba: “Sé que es cruel, pero soy un robot con impulsos para matar. No siento nada”, dichos relatos están contenidos en la obra magistral de Vicente Garrido Genovés "Perfiles Criminales" sólo por citar algunos casos.

Pero volvamos a Gregorio, su madre declaraba que desde niño era violento y cruel con los animales, sin embargo estos señalamientos no era un obstáculo para que este hombre de apenas 27 años contara con un coeficiente intelectual alto y destacara, y utilizara su inteligencia para manipular a sus víctimas, a las cuales estranguló con una cuerda, esta forma particular de quitarle la vida a alguien denota además de pasión, un lazo entre el victimario y su víctima, es un modo muy personal, las chicas tenían relaciones sexuales y luego él procedía a liquidarlas.

El hecho de que las sepultara en su jardín indica su visión de las víctimas, eran trofeos que deseaba mantener cerca como un motivo para enorgullecerse de su obra, tal como hacía John Wayne Gacy, Jeffrey Dahmer o el mismo Denise Nielsen, este último, un londinense del cual no hemos hablado.

El error de “Goyo” fue haber matado a alguien con familia, una joven reconocida a la cual le propuso una relación, al momento del rechazo, este la mató a golpes, no como a las otras, aunque sí la sepultó en el mismo sitio que a las prostitutas.

Gregorio Cárdenas fue motivo de celebraciones al salir de la cárcel, pero es un punto que abordaremos en la siguiente ocasión.

Continuará...

Por: Lourdes Guerrero / @Agnte1

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