Juan René Silva tiene problemas mentales. |
Ciudad de México.- A través del 911, una persona que dijo conocer al agresor del presbítero Miguel Ángel Machorro informó que el atacante en realidad se llama Juan René Silva y es originario de Matehuala, San Luis Potosí.
El día del ataque, el 15 de mayo, la Procuraduría capitalina informó que el agresor, quien se identificó como John Renee Rocshchiell o Schild, era estadunidense, pues así lo refirió ante la autoridad ministerial; sin embargo, la Comisión Nacional de Seguridad dijo que se trataba de un ciudadano francés.
El informante anónimo y otros amigos dejaron de ver desde hace unos dos años a quien antier intentó degollar al presbítero en plena Catedral Metropolitana.
Dice que el amigo, de quien volvió a saber por el grave incidente, estudió arquitectura o ingeniería en la universidad estatal, y que debe tener entre 26 y 28 años de edad.
El interés de proporcionar la información, dijo también, es que las autoridades sepan que el detenido tiene amigos y muy probablemente familia que desean un trato justo para quien, al parecer, sufre algún tipo de trastorno desde la época en que no volvieron a saber de él.
Los datos de la probable genuina identidad, a través del 911, los tienen tanto la Secretaría de Seguridad Pública como la Procuraduría de Justicia de la ciudad, esta última encargada de la investigación.
Las autoridades rastrean la identidad del agresor con el apoyo del Instituto Nacional de Migración y las embajadas de Estados Unidos y Francia.
La Procuraduría capitalina informó que el agresor del sacerdote Machorro Alcalá padece disociación de la personalidad y no es apto para rendir su declaración ministerial.
De acuerdo con los primeros peritajes, este padecimiento provoca conductas que normalmente las personas no tienen y un desconocimiento de la conciencia.
Los resultados de los primeros exámenes corroboraron que John Renee Rocshchiell o Schild tiene trastorno psicótico y no es apto para rendir declaración ministerial o judicial, además de que al momento del ataque no estaba intoxicado con drogas o alcohol.
“No tiene la capacidad para entender el carácter ilícito de un hecho, así como de conocer y querer realizarlo”, concluyó el informe médico.
Fuente: Milenio