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Voladores de Tamaletom en el municipio huasteco de Tancanhuitz. |
La danza de los voladores no se practica ni se ha practicado únicamente en Papantla, Veracruz, es una danza ritual de agradecimiento que se practica en San Luis Potosí, Puebla, Hidalgo, Ciudad de México, Guatemala y Nicaragua. Así lo constató el arqueólogo francés Guy Stresser-Péan (1913-2009) desde hace más de medio siglo en su libro La Danza del Volador entre los indios de México y América Central (FCE).
La publicación fue escrita en la década de los 40 del siglo pasado para obtener el grado de historiador por la Escuela de Altos Estudios de París y que hasta ahora permanecía inédito. Ahora, será presentada el próximo 6 de abril en el Centro de Estudios Mexicanos y Centroamericanos (Cemca), es una obra que incluye dibujos del vestuario usado por los danzantes, los cuales fueron trazados a mano por el especialista radicado en México a causa de la Segunda Guerra Mundial, así como videos que grabó en 1937 y 1938 en Tamaletom, San Luis Potosí y Papantla, Veracruz; la partitura de los sones de flauta que incluye la Danza del Volador y fotografías de la época.
“Cuando mi esposo llegó a México tenía 23 años y apenas estaba concluyendo sus estudios cuando el doctor Paul Rivet le dijo: usted va a estudiar la cultura de los huastecos. Entonces Guy llegó con su hermano a México, anduvo a caballo durante dos años en la Huasteca y se internó ahí en los años 1937 y 1938, es decir, antes de la Guerra Mundial”, señala en entrevista Claude Stresser-Péan, viuda del arqueólogo.
El doctor Rivet, explica, fue un reconocido etnólogo en Francia que llegó a México en exilio, huyendo de los alemanes, y estando en la ciudad fundó el Instituto Francés de América Latina (IFAL), “por eso mandó a mi esposo a estudiar algo. Él le dijo que sobre todo que no olvidara estudiar la danza del volador, porque es muy importante”.
Fue así como Guy Stresser-Péan vivió en la Huasteca potosina, tuvo informantes y se interesó en todo: en la vida cotidiana y en las ceremonias rituales para aliviar a alguien o para que las cosechas fueran buenas.
“Él estudió la danza del volador con mucho rigor científico, interrogando a los ancianos para conocer la tradición antigua del volador y descubrió que la Iglesia no prohibió esta danza porque no imaginó que tenía una significación pagana: para la Iglesia era una diversión”, comenta Claude Stresser.
El arqueólogo francés recogió todos los datos religiosos, el simbolismo, la descripción de cada vestimenta usada en diferentes regiones para ejecutar la danza y las variaciones musicales. Por ejemplo, sobre el significado ritual, escribió:
“La danza de los voladores huasteca evoca claramente los mitos de la formación del Sol. Pone en escena a los primeros hombres transformados en aves que acompañan al nuevo señor del cielo. Durante el ascenso hasta el cenit, esas aves son pájaros carpinteros, pero durante la danza propiamente dicha son águilas que descienden planeando hasta el borde occidental del mundo… evoca el primer recorrido del Sol, tal como tuvo lugar en los tiempos míticos y tal como se reproduce cada día”.
En palabras de Claude Stresser, su esposo tenía un mérito muy grande: sabía dibujar. “Él dibujaba con mucha precisión, verán que en el libro, por medio de dibujos, da explicaciones, por ejemplo, del tocado de los danzantes de Tamaletom. También ahonda en cómo se hacía el volador, de cuáles eran los rituales que tenían lugar antes, durante y después de la danza como la abstinencia sexual”.
PARTITURA Y VIDEOS
A finales de 1938, Guy Stresser-Péan regresó a Francia, pero al poco tiempo, estalló la Segunda Guerra Mundial y no pudo volver a México hasta 1952.
“En ese tiempo Francia no tenía dinero para mandar a mi esposo a seguir su investigación en México, entonces fue la Fundación Rockefeller la que le pagó el viaje y la estancia. Mientras tanto, sus profesores en Francia le decían: escriba y haga su tesis sobre la danza del volador”, platica la viuda.
Por eso, Claude considera que el libro que será presentado por amigos de la familia, Alfredo López Austin, historiador del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM y Guilhem Olivier, latinoamericanista del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM, es un estudio importante al cual su esposo dedicó toda su vida.
“El libro es una investigación que abarca la historia de la danza del volador en México no solamente en la Huasteca, sino en todas las partes de la Huasteca y fuera de ésta. En Francia, Guy consultó los documentos de cronistas, códices y los archivos, entonces hizo una comparación entre la danza del volador de México con la de Guatemala y Nicaragua”.
Guy Stresser-Péan comprobó que esta danza se practicaba en otros dos países, ya que llegó por influencia mexicana, porque hubo una migración tolteca muy fuerte hacia el sur del continente.
“Después de la muerte de mi esposo, en 2009, he mirado sus archivos y reflexioné que esta investigación no podía quedarse guardada. Por eso primero la publicamos en Francia, entonces incluí la carta de dictamen escrita por Rivet, toda la tesis de Guy, muchos mapas porque mi esposo era un enamorado de los mapas, y las notas de la danza que mi esposo grabó en 1956 y que en los años 60 los musicólogos Raoul d’Harcourt y su esposa, Marguerite Béclard, transcribieron”, detalla Claude.
Ahora, añade, llega a México la versión en español que incluye el mismo material que la versión francesa y un link: Documentos cinematográficos: indios huastecos 1937 y 1938 (
https://www.youtube.com/watch?v=iXMBd_ejYWE) con las grabaciones que su esposo hizo con una pequeña cámara de 8 mm.
ENTÉRATE...
La Danza del Volador entre los indios de México y América Central se presentará el jueves 6 de abril a las 17:30 horas en el Cemca, ubicado en Sierra Leona 330, Lomas de Chapultepec, Miguel Hidalgo, Ciudad de México.
Por: Reyna Paz Avendaño / La Crónica de Hoy
Artículo original: http://www.cronica.com.mx/notas/2017/1016333.html