El "gasolinazo" de Enrique Peña Nieto al pueblo de México con el aumento brutal en los precios de los combustibles abona una vez más al descontento social y al descrédito del primer mandatario, de por sí muy vilipendiado a lo largo de su sexenio.
Si algo no tiene el político priísta, es que sea popular o populachero: en los 4 años que lleva de gobierno, los mexicanos de las redes sociales, principalmente, lo han puesto "como lazo de cochino", con memes que sólo reflejan el enojo de la gente con sus políticas públicas o actos impopulares.
Los temas de Ayotzinapa, Casa Blanca, reunión con Trump, "gasolinazo", por citar algunos ejemplos más conocidos, han hecho de Peña uno de los presidentes más insultados a lo largo de la historia, si no es el que más.
Obviamente el mundo de las redes sociales ayuda a masificar el descontento social y es precisamente por esa influencia, el peligro de prenderle fuego a la sociedad.
Y aunque no tenga nada que ver una cosa con la otra, los saqueos al comercio, los bloqueos a las carreteras y los incendios provocados en las gasolineras, forman parte de un accionar que puede derivar -en un caso extremo- en una nueva revolución diferente a la de 1910, pero revolución al fin.
El escenario político no está puesto para tal descontento popular, lo sé; no hay en la clase política un partido o un político prominente que sea tan tonto como para convocar a las armas; ni la izquierda, si es que la hay en este país, cometería tal brutalidad.
La vía electoral seguirá siendo aún el método más usado por nuestros políticos para modificar políticas públicas o medidas antipopulares como el "gasolinazo", pero el auge de las redes sociales, combinado con un hartazgo social cada día más creciente, no ayuda en nada para un ambiente de paz.
Por: Israel Calderón / @israel_kalderon
Si algo no tiene el político priísta, es que sea popular o populachero: en los 4 años que lleva de gobierno, los mexicanos de las redes sociales, principalmente, lo han puesto "como lazo de cochino", con memes que sólo reflejan el enojo de la gente con sus políticas públicas o actos impopulares.
Los temas de Ayotzinapa, Casa Blanca, reunión con Trump, "gasolinazo", por citar algunos ejemplos más conocidos, han hecho de Peña uno de los presidentes más insultados a lo largo de la historia, si no es el que más.
Obviamente el mundo de las redes sociales ayuda a masificar el descontento social y es precisamente por esa influencia, el peligro de prenderle fuego a la sociedad.
Y aunque no tenga nada que ver una cosa con la otra, los saqueos al comercio, los bloqueos a las carreteras y los incendios provocados en las gasolineras, forman parte de un accionar que puede derivar -en un caso extremo- en una nueva revolución diferente a la de 1910, pero revolución al fin.
El escenario político no está puesto para tal descontento popular, lo sé; no hay en la clase política un partido o un político prominente que sea tan tonto como para convocar a las armas; ni la izquierda, si es que la hay en este país, cometería tal brutalidad.
La vía electoral seguirá siendo aún el método más usado por nuestros políticos para modificar políticas públicas o medidas antipopulares como el "gasolinazo", pero el auge de las redes sociales, combinado con un hartazgo social cada día más creciente, no ayuda en nada para un ambiente de paz.
Por: Israel Calderón / @israel_kalderon