domingo, 18 de septiembre de 2016

Receta para un asesino serial (IV)


Algunos de nuestros lectores se estarán preguntando, ¿y México? ¿Habrá asesinos seriales?

La respuesta es sí, se conoció en los noticieros el caso de la "Mataviejitas", más de 40 víctimas cobraría la rabia contenida durante años de Juana Dayanara Barraza Samperio, capturada apenas en el 2006, para ello fue necesario crear un equipo especial, lo cual nos dice que nuestro país no estaba preparado para este fenómeno.

Aunque sólo pudieron condenarla por 17 homicidios y doce robos existe la sospecha que fueron hasta 48 muertes.

Juana vivió una infancia de dolor y degradación por parte de su madre, estudios psicológicos realizados ya en la prisión revelaron traumas graves después de ser violada por tres hombres a cambio de unas cervezas, de su progenitora se sabe que era alcohólica y que murió de cirrosis, ella misma les dio acceso a sus agresores.

Ya en su vida adulta, la "Mataviejitas" siguió recibiendo golpes de la vida, una pandilla asesinó a uno de sus hijos de apenas 24 años, toda esta violencia la desquitaría en los asesinatos perpetrados durante varios años

A los trece años fue obligada a servir sexualmente a un hombre ya mayor del que se embarazó por lo menos dos veces, el primero a los 13 años que perdió y un segundo nuevamente a los 16.

Barraza no aprendió a leer ni a escribir en su natal Hidalgo, tiempo después se mudó a vivir a la ciudad de México donde tuvo dos parejas más, ambos alcohólicos, uno de ellos la golpeó en diversas ocasiones.

Con sus víctimas no tenía compasión, a la mayoría las estrangulaba con tanta saña que lograba cortar la piel del cuello hasta dejar el rostro de las mujeres morado, en otras ocasiones las golpeaba para luego merodear por toda la casa buscando pertenencias de valor.

Fue atrapada en enero del 2006 mientras sonreía a los policías que la conducían a la delegación.

LA RABIA MORTAL DE BUNDY
Otro caso de rabia mortal es la de Theodore Bundy, asesino serial nacido en Estados Unidos, este hombre era muy atractivo, lograba convencer a sus víctimas fácilmente por su encanto, en ocasiones se disfrazaba de policía o bombero pero siempre su odio fue manifiesto en sus crímenes.

Entraba a los dormitorios de estudiantes en las universidades a las que podía acceder sin ninguna dificultad argumentando que era docente, las violaba mientras las golpeaba, una de estas jóvenes fue encontrada con la pata de una cama introducida en su vagina; aunque sobrevivió, vivió con daño cerebral permanente.

Bundy fue estudiante brillante de derecho y psicología, durante algún tiempo atendía líneas de apoyo a modo de servicio social, incluso fue su propio abogado durante su juicio y recibió elogios del juez que obviamente no eran comunes, lo extraño de la vida de Ted es que no se sabe que haya sido violentado, únicamente que fue hijo de madre soltera, a la que por varios años consideró su hermana, para luego saberla su madre cuando contrajo matrimonio con el hombre del cual recibiría el apellido Bundy, Johnnie Culpepper Bundy.

Durante su juventud conoció a una joven de familia bien acomodada, sin embargo cuando ella terminó sus estudios, finalizó la relación con Ted, lo que algunos especialistas señalan, fue el factor detonante para dirigir su ira contra las decenas de jóvenes a las que les quitó la vida, otros más difieren ya que este personaje de la historia tenía un alto coeficiente intelectual, planeaba tan bien sus crímenes que la policía tardó muchos años en atraparlo, a pesar del sadismo con el que mataba y la mala popularidad que se ganaron las autoridades en los medios de comunicación, su modus operandi varió y resultaba difícil adivinar su siguiente movimiento.

Sobre Ted, Robert Reesler, creador de la Unidad de Ciencias de la Conducta del FBI diría: “Me frustraba hablar con Ted, nunca sabía si era él quien se metía más a mi cabeza que yo a la de él”…

Continuará...

Por: María Reyes / @Agnte_1

Envuelto en misterio el caso Karla Daniela

Por Armando Calderón Consternación, indignación, incertidumbre, odio y otros sentimientos que terminaron en felicidad cuando rea...