Berkowitz. |
¡Matar para llamar la atención!
Tal como fuera el caso de Dennis Rader, David Berkowitz buscó a su manera atraer la atención en este caso de las autoridades, ¿a qué se debió su risa maniaca cuando lo detuvieron?
Tenía los focos de atención puestos sobre sí, y cualquier cosa que dijera sería noticia, aun cuando mintiera, como lo hizo, cambió su versión en diversas ocasiones y así durante meses mantuvo al personal carcelario estudiándolo, todo esto le encantaba, durante un año gozó los noticiarios que hablaban del terror que causaba el hijo de Sam, su fama -a diferencia de Rader- fue efímera, puesto que el asesino serial de Wichita estuvo presente en el público por más de 30 años, fue meticuloso a diferencia de David.
Los trastornos de personalidad manifiestos en estos casos nos llevan a observar rasgos bastante claros, solo por citar algunos ejemplos mencionaremos al histriónico, es aquel individuo caprichoso tienen una emotividad generalizada y excesiva, con una búsqueda de atención fuerte. Aparentemente son muy abiertos. Tienen gran tolerancia consigo mismos y una falta de consideración con los demás, al histriónico le importa poco los derechos ajenos al igual que los sentimientos, son celosos y posesivos, comparten rasgos con los de personalidad límite porque suelen actuar impulsivamente sin evaluar las consecuencias de sus actos, su capacidad de planificación es mínima, tienen frecuentes e intensos arrebatos de ira. Son fácilmente provocados al ser criticados o frustrados en sus actos y casi siempre están al pendiente de lo que las personas a su alrededor hablan de ellos, sufren depresiones constantes y cambios de humor repentinos, lo cual dificulta la convivencia con estas personas.
Pero sería un error confundir los rasgos con un mal rato, puesto que existen fases y tiempos que deben analizarse.
Estudiar la conducta humana es sumamente complejo. Justo cuando alguien lee este artículo pensará, ¡yo no tuve la atención que necesitaba y no me agarré matando gente! No es tan simple como esto, la criminología no generaliza jamás, cada caso es singular siempre partiendo de lo general a lo particular y viceversa.
La conducta es una manifestación externa de quienes somos, y todo influye. Un evento por sencillo que parezca puede fungir como factor criminógeno para desatar una furia criminal, una furia asesina. Caminamos, nos vestimos, convivimos, trabajamos, elegimos, no es automático porque es información preconcebida que se ha almacenado en nuestra cabeza con el pasar de los años, lavarnos los dientes y enjuagarnos después, ponernos zapatos y atar las agujetas, colocar nuestras pertenencias de cierta manera en el salón de clases, todo ello deja entrever nuestras costumbres y estilos de vida, además de externar la forma en que hemos sido educados así como los valores con los que hemos crecido.
Pero como lo dije anteriormente, todos los casos son excepcionales, los estilos de asesinar se perfeccionan, evolucionan de acuerdo a la cultura, medio ambiente, pero sobre todo cambian de acuerdo al nivel intelectual de nuestro actor principal, el asesino en serie.
A partir de ello hay clasificaciones, hay asesinos en serie, multihomicidas, crímenes en grupo, pero los seriales son definitivamente únicos.
Es por ello que me atrevo a corregir el término que se utilizó en una nota periodística en la que se narra la historia de una mujer sobreviviente en Ecatepec, Estado de México.
La reportera señala en el encabezado: “Violadores y asesinos seriales”, es una categorización errónea puesto que no brinda las bases científicas para aseverarlo, y aunque no dudo realmente de la existencia de criminales seriales en dicha entidad estos son difíciles de cazar.
Son humanos cazando humanos y no siempre son previsibles, solo deben cometer un error, como el que le costó la libertad a Gregorio Cárdenas, que no controló sus impulsos a pesar de ser un brillante estudiante, ser inteligente no basta.
Ver: https://afondoedomex.com/zona-oriente/maria-salio-viva-del-infierno-cayo-en-manos-de-violadores-y-asesinos-seriales-de-ecatepec/
Continuará...
Por: Lourdes Guerrero / @Agnte1