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| ¡Aguas! |
Lo peor que le puede suceder a Valles, en 2018, es reelegir a Jorge Terán Juárez como presidente municipal.
Sus resultados no son los esperados, más bien mediocres, gracias a que sólo inauguró las obras que le heredó su acérrimo rival Juan José Ortiz Azuara y que endeudó al municipio para poder pavimentar algunas de calles el año pasado, así como construir techados temporales de escuelas y un par de puentes peatonales. Nada espectacular.
La obra más importante de su trienio, el parque tipo Tangamanga no termina de fructificar. Realizado con recursos estatales, su primera etapa no quedó terminada en Semana Santa, como prometió y su calidad está en entredicho por un grupo de actores de la sociedad civil que quieren postular a su propio candidato cuando sea el momento, a través de Agenda Ciudadana.
Él, que dice encabezar un gobierno con experiencia, no ha podido traer dinero extra a Valles. Según afirmó, su paso por la Cámara de Diputados le permitió conocer las puertas que debe tocar para aterrizar proyectos y presupuestos, pero poco o nada de eso se ha visto. Ni siquiera Pemex, que ayuda a muchos municipios en el país, le autorizó un poco de asfalto o gasolinas para avanzar.
Su padrino político, el otrora todopoderoso Manlio Fabio Beltrones está fuera de la jugada política y Terán no tiene otra opción que usar su zalamería con el gobernador Juan Manuel Carreras López para que lo siga favoreciendo con visitas y cortes de listón de obras que, la verdad, benefician a pocos, dado que su impacto es muy reducido.
Ni siquiera el negocio de sus despensas baratas ha sido exitoso. Hoy, las entrega a muchos "beneficiarios", pero cada vez más raquíticas porque era un barril sin fondo y levantó sospechas. Ni siquiera pensar en exportar el plan, ya es tarde, se quedó en lo local.
Si es cierto -como sostiene a su equipo cercano-, que no piensa todavía en la reelección pero hace todo lo contrario para empezar a placearse, ay nanita, es hora de que quienes quieren a esta ciudad le digan a los votantes que es un farsante que no merece volver a gobernar.
Alguien que se cuida tanto las espaldas no es de fiar.
