El obispo lavó los pies a cinco mujeres. |
El obispo Roberto Octavio Balmori Cinta celebró esta tarde-noche, acompañado de fieles en la Catedral, la Última Cena y el lavatorio de los pies en honor a Jesús, previo al Viernes Santo, cuando se celebrará el Viacrucis Viviente por calles de la ciudad hasta llegar al parque Colosio, donde se escenificará la crucifixión.
Recordó que Jesús, luego de la cena, sabía que sería condenado a muerte y su sacrificio lo quiso perpetuar en todo el mundo con el pan y el vino, pidiendo a sus apóstoles que lo hicieran en conmemoración suya y para tener vida eterna con la resurección.
"Jesús dejó a sus apóstoles el tesoro de la eucaristía y les dio el poder de consagrar el pan y el vino", dijo el jerarca católico en una iglesia pletórica de feligreses.
El obispo Balmori ante el Monumento donde fue depositado el Santísimo Sacramento. |
Por primera vez en la historia de la Diócesis, el obispo incluyó a mujeres en el lavatorio de pies, cinco en total, una de ellas discapacitada, así como un niño y seis varones, dos de ellos jóvenes. A todos les lavó, secó y besó sus extremidades inferiores.
Posteriormente, tras cumplirse la misa, el obispo trasladó por el pasillo central de la Catedral el Santísimo Sacramento al Monumento, donde esta noche los fieles oran, para la reserva eucarística del Viernes Santo.
Al final, el presbítero Humberto Juárez Villeda bendijo el pan y pidió que una pieza por creyente, fuese obsequiada para los presos.
Bendición del pan. |
Homilía. |
Catedral pletórica de creyentes. |